jueves, 17 de octubre de 2013

La Mañana y el Alba





Asi se formò nuestra aurora, no creciò 
con la mañana.

Y conocemos  mañanas al arrancar
el vuelo a un ala.

Mi alma lo hizo.

Asi que tuve mucha muerte en sus
dedos.

-la mayorìa de las veces sin sentido-

Conocì  la muerte por tantos cadaveres.

Pero mientras mas muerte arrancaba 
a un ala, la misma era arrancada
en mi vida.

Mi vida para era un simil 
del vuelo.

Y si mi destino buscaba un equilibrio
debìa conocer lo opuesto.

Ambos - el ave y mi espìritu - 
moriamos mientras 
nos tocaramos.

-no sòlo era metasensibilidad-

Esa es la primera interpretaciòn de
mi vano conocimiento.

En esta extraña aurora,
de mi literal mañana.

Ya sin alas ni aves, pero ebria
de muerte.

Guillermo Paredes Mattos




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