jueves, 3 de octubre de 2013

La Religiòn de los Dados








A ratos el 
dorso.

En otros el marsupial y luego
el acontecimiento
de un lunar entre multitudes
perdiendose entre
los sonidos.

Extraños son sus ecos
decìa la penumbra.

Màs extraños cuando
no pueden nombrarlos.

-por ello existe el silencio-

Y asi crean los latigos.



Guillermo Paredes Mattos

No hay comentarios:

Publicar un comentario