jueves, 3 de octubre de 2013
Apolo y el Entendimiento
La noche caminaba con un martillo en la mano.
La noche arrastraba galgos y elipses.
Era la condiciòn existencial de un cerebro.
Mentalmente seguìamos lo prodigioso.
Certificados de agua entonaban maniobras.
Sonatas en las escaleras, proposiciones.
Lecciones de musgo como liricas entrañas
ensartando tempestades, decìan;
este sendero caminarà al alabastro, hay otro
y otro màs escudriñando lumenes: elige
aquel que fue capaz de dejar encerrado
entre la eternidad
a apolo en la atmosfera.
Y camina entre purpuras...
Se mas violaceo que vivir o morir...
Que todos los escarlatas inunden un valle o al menos
la silla donde moras.
Despuès. Mucho despuès preguntale
a Apolo...
Como despertò el entendimiento.
Guillermo Paredes Mattos
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