sábado, 12 de octubre de 2013
La Direcciòn de la Vela
Dedicado a la cera
No sòlo es la paràdoja quien camina por
la noche.
Es el canto humedo del diàlogo.
La exageraciòn con propias raices.
El fuego desmedido y proporcional
al sentimiento, sòlo al sentimiento.
Tampoco es la hierba quien nos exige
un circulo en cada paso.
Ni ese paso buscando en el futuro
un destino.
No es la providencia, con ella tocamos
otras cosas, abrimos puertas.
Si yo fuera pensador equino, todo
serìa equivalente a una gota.
Pero no, la providencia conoce de
superficies con las cuales las noches
no llegan al fin y deben existir
sedientas para que una vela se propague.
Conoce de luces que oprimen ese
desasimiento. Conoce ese desasirse,
la belleza de su lenguaje
perdiendose en un universo de hojas
con la que a veces - figuremos
un todo- se espera
una parte; la melodìa de
esa parte digamos, su cuadrado
pentateuco o pentàgono,
como lo llames
tecnicamente parece que logramos
tocarlo...
Pero no...
Guillermo Paredes Mattos
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