sábado, 4 de marzo de 2017
Hay Dìas
Hay dìas como el cimbalo o el violìn en los ojos de un gallo.
Un dormitorio con jabalinas azules. Un cartilago. Hay dìas
donde la mirada intenta explicar la llegada de la imagen a la
razòn; inutilmente. Entre la razòn la imagen pierde una
parte de su existencia.
-yo creo que asi llegan a la vida los epiteleos-
Hay dìas como el jabalì. Iguales a los manuscritos de dios
encerrados en la arena. Junto a edificios o cupulas que narran
en las siluetas de las efigies el espacio de un triàngulo, la
vida de un ciempies.
Dìas dormidos entre composiciònes hermeticas.
Duraderos como el segundo o el latido de una mosca en las
digestiones del vientre. De las sienes con articulos.
De los edictos legales de los peces entre circuitos parecidos
a una alhambra.
Estàn los cabellos con lamparas.
La ira de los vortices en un bergatìn de uvas.
La llegada a la luna esparcida por algùn adjetivo. La
silenciosa diestra de un nomade cuya vida es ensayada dentro
de un poema. Cosa extraña y siempre incomprensible.
Està eso que es llamado incomprendible. Llenando
una habitaciòn de agujas antes de la llegada de una astrologìa.
Antes de la llegada de un helicoptero con helices que
giran desesperadas.
Hay dìas como la teorìa o la puz de un hocico
imaginado entre recreos de limones.
Entre manantiales -que sin saber porquè- se dirigen a
los acidos.
A los pròlogos donde respiran los capitulos.
Completamente ebrios de adioses.
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