martes, 21 de marzo de 2017

Conclusiones de una Hiena





Recuerdo a la poesìa por sus ojos.
Por sus pasos recorriendo la vida de los animales.
Por sus adjetivos que se alejan segùn la reciprocidad
o los opuestos. Por lo que vira
en sus relatos con monotomìas o tumores.
Con heterodoxias.

Recuerdo la poesìa como la conclusiòn de una hiena
en el interior de un platano.
Muy cerca de un àrbol que empezaba a 
presentirse como una mandarina.
En el sujeto explicito de alguna coherencia
resistiendo en las astrologìas.

No creo que posea la naturalidad del hambre o 
los sargazos. 
¿Cùal es esa naturalidad?
¿Cùales los principios que sòlo toma el carbòn de sus
colores para multiplicar un poliedro o
estampar en una lupa toda reflexiòn que tenga que
ver con una mañana
en que los dioses cambian de linternas en sus 
manos.

Quizà intentò escribir algunas palabras entre los
camellos.
Tal vez quiso abrevar y reconocer la sed de un
capìtulo en el higado.
Tal vez.

En ese sentido la distancia puede llenarse de
despropositos y yo lo creo como una extraña enfermedad
ensañandose en un litro de carne, superando asi
la sintesis de una escama que por momentos
era inasible.

Asi està escrito entre el algebra.

Asi es como es arrastrado por lo hiàlino.






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