sábado, 13 de diciembre de 2014
La Multiplicaciòn del Caballo
Era un caballo logrando multiplicarse.
Era claro que su corazòn habìa sido visitado
por animales.
Ocasionalmente atravesaba la noche para
que nadie lo vea.
Era una diàstole.
Caminaba por el cuello como una analogìa.
-asi era posible que nadie pudiera sujetarlo-
Por las cosas que sabemos viviò en un àngulo
a veces en un paracaida o la sombra que
ofrecen los dirigibles al atardecer.
Cedìa a astrologìcas barricadas.
Ampliaba cabezas, manejaba el criterio de
los embalsamados, describìa torres.
Guardaba citas con el infinito y con las nutrias.
Volvìa a troya cada vez que el universo
donde vivìa se convertìa en piràmide.
Calzaba burbujas en las playas.
Buscaba pasadores en la espuma.
Nivelaba tradiciones.
Impregnaba de sistros la marea.
Alguno de nosotros sabe por los periodicos
que alguna plasticidad vivìa en sus orejas.
Sòlo uno podìa compilar en ella
todos los cuadros que el aceite recitaba
de sus entrañas.
Sòlo uno rigurosamente alejado de
todo.
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