jueves, 4 de diciembre de 2014

Retrato de los Pètalos






Es un retrato del pètalo.
De las calles en èl mientras son infinitas
e incandescentes.
De los terminos en el tronco del arbol que no son
màs que otra implicaciòn presagiada por la lluvia.
Era el movimiento del concepto y la expresiòn en una
soledad de lunares. Impecablemente de lunares.
Es una lògica que muerde el retrato del sobreviviente
sobre un musculo azulado de cera.
La imaginaciòn que roza el zancudo con un hueso que
es siempre de agua.
El mundo y el universo sobre èl han diseñado 
cofradìas de mercurio y ya que ninguno de nosotros
fue convocado por el tamaño de la curva, puedo ahora
presumir del oxigeno o la ciudad de gas, donde
las bengalas se descubrìan con voces de bocinas
y adulterios sobre un fondo de la noche
que se depilaba 
que reunìa monstruosos capitulos con un parque y
todo parque es el lugar donde el lumen
nos resume y el prologo de la providencia
es rosado como los escrùpulos; yo aprendì en èl.

Y ahora belleza automàtica
de la espina, del barro donde nace
un poema, con o sin destreza de esa imagen donde paraiso
una manzana aùn desnuda veredictos,
voceos èticos sobre la filigranas y
las esquinas de la indiferencia.

Es un retrato del pelo que se convierte en pelo
al morder una manzana.

Y todo lo que existe aùn allì.

Incluidos Adan y eva. Son desterrados
hacia el horizonte.

Y tal horizonte es desgarrado.




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