domingo, 7 de diciembre de 2014
El Travesaño de la Iguana
Conozco una iguana por el reflejo
del agua en la raìz del tronco, emergiendo
del barro, en un amanecer. Y encontrando en
los continentes de ese tronco nuestra
mirada. Conozco ese espejo.
Conozco ese dirigible de barro que aùn
algùn jardìn construye por ella.
Sè del portaviones con tigres de leche en
sus garras descoloridas.
Conozco el aeropuerto para las luciernagas
en la rama de tal jardìn.
La muchacha con su falda de vidrio-àtomo.
- Indòmito es el verdor que sostiene estas cosas-
Sè de otra iguana por sus ojos de dinosaurio
tocados sòlo por opalos; por un canto de
estalactita y caverna. Por el glosario
de oboes cuando muchas noches
se unen, para decirnos que tambièn significan otra.
Veo en sus superficies la confecciòn del girasol.
La carta de tierra con astrofisicas buscando constelaciones
debajo de la piedra, donde el follaje dejaba de ser
auroral para construir su cayado.
Veo tambièn un travesaño.
Ambos nos sorprendemos del cayado en los ojos
de la iguana.
Ella vivirà entre la hierba y las piedras.
Es muy dificil que aqui tengamos que dejar
la figura de un profeta, para entregar un
significado al poema.
No es necesario.
El mismo poema es su desierto.
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