lunes, 1 de diciembre de 2014
Adoradores Sinuosos
Quisiera ver.
Preguntar a un fruto por la clase de inspiraciòn
que vive en mì y de suceder lo contrario tambièn preguntarlo.
Contagiarme de algo. Suspirar como el roble
cuando planea entre alguna ciencia; elegirè la astrofisica.
Desearìa desprender aquellas cosas que elevan
una de mis cicatrices hasta lo fantasmagorico. Incendiar un
puente, borrando asi un camino que conduce a los hombres a
alguna parte -los mìos no conducen a ninguna-
los mìos siempre estàn quemàndose. Esta es una
situaciòn casi utopica y no sè porquè. Ademàs quisiera voltear un
triàngulo en el extasis de la bocamaza
justo en el momento cuando los grillos
aprender a cantar como los
trenes.
- ellos -me digo- deben llevar una cìtara-
Pero yo, en el mediodìa del tremante imploro por
las cosas imposibles de mi casa. Por ejemplo, la diarìa
creaciòn del unguento para la gasolina -es la ùnica manera
de resplandecer que hay en ella- los ejercicios didacticos
del ùnico helecho acompañando una boina, la fotografìa a diario del
aire y la brisa. Lo ùltimo sigue siendo una ironìa a diario
compartida con los hombres, pero nadie me ha dicho
que comparte cnmigo esa absurda preocupaciòn.
Quisiera existir en una pregunta sin tener que responderla.
-¿Digamos porquè tener que fotografìar el aire?-
Ser prehistòrico como el pubis que ahora toco en la astromelia.
Ser prehispànico.
Completar la fantasìa de un ente dogmatico en mi pecho
adormeciendo el corazòn. Y dado que estàn los silbidos
y la realidad, mi corazòn no tiene derecho a
adormecerce ante los aires o brisa,
puedo adormecerme tambièn
ante una historia de entrañas
-sòlo ante ello- empezando a develar
su carne; adoradora sinuosa de la brisa y el aire
al fotografiarlas infinitamente entre la
realidad.
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