Intentos apolineos de mascaras rojas
mientras el brillo entretiene las hojas
en esa pretensiòn de mencionar en sus halos
manifestaciones de savia.
Pero esa decisiòn llega de una nave
tan naufraga como cualquier movimiento
y el movimiento es un ser que camina a la deriva
sin encontrar jamàs un espacio.
Pero esta noche hablo con las cosas.
Ese es mi mundo, mi creaciòn de ciudades enfermas
donde seguramente me extinguirè como un pàjaro,
asumàmoslo crisoles
en las murallas no hay lugar para nosotros
sòlo hay dientes y mamiferos de agua,
gruas, iridiscencias,
fuì un sepulcro que tuvo naturaleza de demonio en el alba
y como angel tuve una caida,
me pregunto cuando se darà la nuestra.
Asumàmoslo crisoles.
Maleficios de agua me acompañan
me guìan estertores de amor semejantes al ideal
de un solsticio,
ignorado por cetrinos adjetivos
aquellos que caen en esta estulticia
donde soy el calendario de un ojo
ciego como la espuma
y la orilla.
Esa orilla tan idolatra al recibir a las olas.
Y en cada ola hay una pasiòn pagana
dios lo sabe e inventò religiones
para salvar a los hombres
el detalle es que la religiòn creò su propio universo
uno ajeno a la vida,
sus evangelio buscan la salvaciòn lejos del hombre.
Por ello estoy aquì
sin ningun sentido cuando oigo al ente,
memorial como cualquier sortilegio,
no tan eterno semejante a una vida
que busca trapecios
para confesar un hambre,
lo màs terrible es que llega del verbo.
Quisiera vivir como yo, quisiera responder como ellos
pero soy un suicida en forma de nieve
sin ninguna escencia que pueda sostenerme,
el asunto es que construì mis pèndulos
tan propios sobre esta distancia
que irònica
presenta ante mì el destello de un niño
cruxificado sin amor por la belleza.
Oh, dios, estamos a la par, caminamos desnudos
como tù, sòlo vivo entre auroras y amaneceres
entre ellos hay un pàjaro que es esgrima en su vuelo,
sòlo quisiera una herida de su espada.
Y mientras los puñales adiestran
particulas de itinerarios semejantes al mercurio
escribo relampagueantes celulas con el instinto
inscripciones en el sexo de la piedra
a mì no me importa desdecir todo lo que he vivido,
finalmente ese es el destino
de alquien que ama las sombras
y cada noche entre relampagos
las besa.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
sábado, 20 de noviembre de 2010
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