lunes, 8 de noviembre de 2010

Abominables Cielos

Monstruosos los cèfiros.
Monstruosa mi poesìa que nunca podrà salir
de ella misma.

Abominables visiones que el alma deja
en interiores de pèrgolas.

Atroces mis caminatas.
La mariposa de piedra y conturbenios
asumiendo empalizadas de paises de brea
como si todo estuviera hecho de
asfalto.

Lacrimògeno el sueño, que cubre la memoria
mientras èsta pudo haber caminado
a otro mundo.

Menos lacrimogeno obviamente.

Menos obvio.

Y yo llenè mi corazòn de evidencias
recoerriendo ambientes
inservibles y venenos trascendiendo
como una leyenda
en los mitos de una etiqueta.

Monstruosos los cèfiros.
Mi poètica vida, con la cual ni siquiera
aprendì a amarrar mis zapatos.

O cubrir cada uno de mis pies con
una media.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

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