Entre el hado y el eter hay estrellas
profundas.
Las constelaciones no llevan como morada sòlo
lo alto.
Basta caminar un poco en el desierto, basta escarbar
en la arena
para enfrentar ese temerario hemisferio
que eligiò los simulacros de la tierra para crear
y ahora que hablo de creaciòn
descubro que no sòlo la interrogante
es unico velo
que nos muestra la imagen
de una representaciòn con nombre de pubis
y luna.
Y mi universo està hecho de velos lunares
de pubicas opciones en las manos
de psicopatìas como el
progreso
y no obstante estoy sentado siempre
sobre el mismo jardìn
no obstante mi alimentaciòn
es metaformosis
de un proceso aleatorio y sagrado
como la albumina
aùn asi
percibo que esa es una tregua
que no ha de defenderme de nada.
Hablemos de la nada como vacìo.
De la nada como algo elemental
vertiginosamente en la espuma
y la cresta escupiendo al verano
con transparentes bocanadas
de piedra.
Inservible como mi mentalidad
ante el oceano.
Confundiendolo -asi debe ser-
millones de veces con la primera manifestaciòn
del infinito.
Barranco, 25 de noviembre del 2010
Guillermo Isaac Paredes Mattos
jueves, 25 de noviembre de 2010
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