viernes, 25 de noviembre de 2016

Candelabros





Las cosas toman el camino de la noche.
Algunas duermen nuevamente entre sus pensamientos.
El pensamiento a veces es una forma del sueño.
Y en èl de manera diferente se pronuncia.

El pensamiento a veces es una forma del sueño.
Es algo que crece en este instante entre las ramas.
En una soluciòn de papel en el agua.
En el himno del polen que ha cruzado el cielo.
En el objeto que de manera inmediata queda incluido
en la gravedad.
Es la apariencia del mar en una densiometrìa.

Las cosas toman la noche.
El primer resplandor en esa noche subitamente es
el de una estrella.
El de una primera conjugaciòn con el fuego.
Con la idiosicracia del bolido mimetizado en
la cola de un cometa.
En el lenguaje de un asteroide con frisos en la
estela de un cuaderno.
En la guìa cientìfica del margen en una paloma.
De un ala que se unirà a lo magnetico para
percibir nada màs que el equilibrio en la aurora
de imanes.

Las cosas que este atardecer tomaràn tu boca.
Que reconstruiràn las palabras que habitan en ella.
Y participaràn de la sal y el embrujo en uno 
de sus quistes.
En una de sus partes doradas con electrodos.
Con fintas de iones y emboscadas de abanicos con
siluetas de barro.
Con prismas llenos de alcantarillas y pètalos.
De unciones como el limite y la marcha del aura en
las lechuzas.

Las cosas que toman en este instante el camino
de la noche.

Para grabar en ella para siempre aquello que
fue develado por el dìa.

Y entre ese dìa y esa noche un univeso lleno
de puertas e intermitencias

todas llevan el nombre de los candelabros.







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