domingo, 6 de noviembre de 2016

Los Diàlogos de los Pelicanos





Nos encontramos sobre la niebla. Es igual
que hallarse en el movimiento o en la capacidad de un
cefiro para constituir una orilla cercana a los
muelles, donde los pelicanos se sienten extrañados
ante la llegada de los diàlogos.

Pero acontece.

Y por màs que un diàlogo sea un conocimiento que camina
entre las palabras. Por màs que un diàlogo transporte
esquirlas o gnosis en sus devenires. Tù te encuentras sobre
la niebla al igual que esta mirada que llevo y que
ha descolgado una imagen intentando
llegar al silencio.

-una imagen es el principio del silencio-

Nos encontramos sobre la niebla.
Tambièn nos encontramos sobre el silencio.
Nuestros pasos han llenado de cicatrices la orilla.
Todas nos dijeron algo en ese momento y sabemos que diràn
otras cosas cuando nos alejemos de esta ribera, donde los 
pelicanos extrañados en los muelles,
no dejan de cerrar sus ojos ante la llegada de los diàlogos.

Debe tener un significado esa llegada.
Debe ser algo primordial y alternativo que ahora desconocemos.
Nosotros sòlo estamos en condiciones de hablar de cosas
como las piramides entre la piel. De cosas iguales
a las raices en los labios; en eso manifestamos
que nos parecemos a los àrboles.

Sòlo en eso.

Manifestamos que empezamos a diferenciarnos cuando
nos damos cuenta que esas raices estàn sumergidas
sobre la tierra.

Como si ella fuera otro oceano.

Nos encontràmos sobre la niebla. Descubrimos a los peciolos
antes que a la arena en ella. Percibimos la capacidad de
la orilla muy cercana a los muelles para oir
el descenlace de los pelicanos al escuchar los diàlogos.

Descenlace en el cual sòlo se encuentra un lirio.

Una metamorfosis.

Una direcciòn hacia los muelles para ser concientes de que jamàs
podremos ser pelicanos.

Y nunca -igual que ellos- oiremos los diàlogos.








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