viernes, 21 de octubre de 2016
Bozales de Polen
El lenguaje se recrea en un cuerpo.
Las silabas y los menguantes anhelan una luz
en una bahìa. Los preludios obran en una
medialuna de plasticas hegemonpias.
Ciudadelas de brea escriben entre vocabularios
de espigones y el alfabeto es dorado; como un
versatil ejemplo de sus letras
empinandose a la estrella dormida en la palmera.
-el viento remueve las superficies de las hojas
para hallarla-
Yo miro el fondo de este atardecer que posee algo
de tragico en sus labios.
Lapices y corolas. Cadaveres azules formando los
hemisferios; los profugos son de coral y vidrio
enumerando los rieles de una boca.
Cartas y andanadas entre los itinerarios ensartan
sus vestigios a un paisaje de brùjulas.
Se recorre la flauta que en sus sonidos originaba
un sueño; el trecho es de arpas; la luna debajo
de la luz es sòlo una utopìa.
Circos y ferias en el izamiento de un ala.
Caravanas de serpientes en una omnisciente imagen
de espuma; allì se agita un desierto en el mar
como un misterioso enigma. Son cosas
de ojivas y amuletos. De perimetros
como la sed o un relato de purpura en
las encìas.
El lenguaje se recrea en un cuerpo.
Pero el lenguaje tambièn es un organo.
La primavera de un pulmòn.
El lenguaje es tambièn la sombra del nervio.
Dirigiendose en una orilla hacia bozales
de polen.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario