martes, 9 de octubre de 2012

Las Quimeras Absolutas







Uno de los secretos es que soñamos demasiado
pero no cuando acompañamos a la vida.

Desde ese secreto todo artificio que pueda
ser creado no tendrà la experiencia
del sueño.

Quizà piense filosòficamente y materialìze su
primer credo: La realidad.

Tal vez en una de sus ciudades emanarà una
antigua soledad de cipreses.

La primera campana del absoluto cuando perteneciamos
al iris entre las quimeras.

Y me preguntarè porque hablo sòlo de posibildades.

Me responderè porque es algo que acaricia
lo mas lejano, es decir un opuesto.

Extasiado ante neologismos de ese iris abriendonos a la 
muerte de su extraña iniciaciòn.

De su planeta encendiendo las tradiciones
del animal un mediodìa carnivoro.

Cuando el desplante es mamìfero desde
las alambradas y percibimos, arqueamos
una muestra de vino en la inteligencia
para dejar a la necesidad un rehen
una empalizada cubierta por la brea.

Nosotros que avanzamos entre las caidas
encenderemos adioses
y no porque la ilusiòn de nuestra fè estè llena
de moretones, 
no porque algun hueso roto se haya unido 
mas fuerte a aquel del cual
fue separado.

Nosotros seremos inspirados por causas
de metal mientras un simbolo nos tiempla.

Nos tensa.

Nos arroja rojos y pàjaros a un
matiz sin ningùn equilibrio.

Para que un adjetivo como el mar...

-Cosa totalmente falsa-

Encuentre su estridencia.

Porque allì yerra tambièn
su secreto.




Guillermo Paredes Mattos






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