domingo, 14 de octubre de 2012
Las Estelas del Desplazamiento
Los mismos vertigos caminan ahora entre
sus exodos.
Bajo tercios de latitudes contaminadas.
En deseos junto a
desolaciones.
Pero imito una conjugaciòn vertical
y pienso en la fìsica
del tigre.
Y como toda respiraciòn hipodermica
siento mi alma desde una bacilica,
jamàs como la providencia,
ese proceso
es trance
o infinito.
Pero el infinito al hablar dice que
la eternidad
trata al rocìo como una rara enfermedad
del invierno.
Una enfermedad
que varìa entre consecuencias y manantiales,
donde otra pertiga
despliega minerales
o cartas de aluminio
para que el oceano llegue semejante a
un desperdicio luminoso.
Donde el resplandor no pueda vivir.
Donde sòlo logre desplazarse.
Guillermo Isaac paredes mattos
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