viernes, 12 de octubre de 2012
El Invierno de los Sàtiros
Hay inviernos improbables.
Los aguardè acompañado de àcidos.
Amando de una y otra forma todo aquello
que podìa convertirse en idolo.
Meditè en ellos como cuando ya no se tiene
pensamientos.
Y las figuras descienden como animales
de transparentes coronas
buscando arpegios.
Cataratas donde caen sinuosamente
voluptuosos: Semejanzas
que rinden extrañamente
su destino
en un mìstico tablero
donde los juegos parecìan de reyes.
Existen plazas.
Intelectuales de cemento
con una espina entre boreales mausoleos
donde incorporamos antarticos jardìnes
llenos de cartilagos...En uno de ellos hay
una tormenta que no sigue
su camino. Vive congelada.
Podrìamos decir que ello es
el reto de todo color
la sinalefa
del icono con sinalefas de mar
incluso contemplariamos
el desprecio que los dioses dejan
en su rostro cuando descienden
para encontrar a los hombres.
Un desprecio que asombrosamente
no se deja ver mientras
cae.
Un desprecio que deja ver el asombro de
su rostro.
Cuando ya quedò atras.
Cuando està
perdido
en los ciclos.
Junto a sàtiros
de eter.
Guillermo Isaac paredes mattos
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