martes, 30 de octubre de 2012
Las Encrucijadas de Saliva
A veces logro respirar del lenguaje,
pues suelta una quimera
igual que un atlas.
Ello es ecuestre como el reciclaje
del alga. Aquella escarlata junto a un solar
con escritos marinos...Duerme en las mareas.
Marfiles de eslabònes
deslizandose frente
al secreto, una tarde al conjugarse
hemisferios.
Miro ese secreto natural, como
una encrucijada de salivas, desertando
de la boca y las fosas se preguntan.
El dìa nasal tambièn pregunta.
Tantas interrogantes para las cosas.
Tantas para las escaleras o las balaustradas.
Abriendo la mirada, el naufrago de mi contemplaciòn,
observa en la realidad, el antiguo mensajero
de las colinas.
Ese bañado de brea.
Cetrino como los observatorios.
Nada iluminado sino es por un farol.O el dìa
monstruoso de una làmpara
rendida en ariostos.
Si se trata de guardar el espacio,
como la galaxia impregnando ramplas
de salvas, entonces hay estandartes
que nauticamente volveràn al
silencio.
Al canto del menguante en el desierto,
una donde rompemuelles y libros,
aguardan la galerìa del cansancio
con un ferrocarril donde
el solsticio me encontrarà
ferviertemente
buscando aquello que une los sufijos.
Y en ellos los grilletes de la divinidad.
Cuyo destino le previene que sòlo escorar
y escorar hallarà entre la brisa.
Pero su corazòn los sigue.
Guillermo Paredes Mattos
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