martes, 9 de octubre de 2012

La Liebre del Poeta






Bajo la templanza, la mentira sigue a la liebre
y el pièlago fermenta su reflejo.

El esplendor no dice si antes estuvo allì
pero reproduce cartas 
de infamia. Estas son incandescentes
y estivales como un alma.

Y si todo exhalo logra reproducirse
alcanzando su propia turba,
el silencio del reloj
cuando no encuentra el tiempo,
el vacìo de una frecuencia aromàtica llena
de tulipanes, nos ensordece desconocido...Igual a 
la armonìa de una arcana estrella.

La estrella que huye.
Condenada a los silos.
Misionera de espantapàjaros.
Patriarca de marionetas.

Una estrella
que hunde una parte de su corazòn 
en las sienes.

La otra en una ontologìa del
mal.

Allì donde yerra tambièn uno
de mis codos.

Intentando alimentarse.
Comunicarse con las liebres que mencione 
muy arriba.

Como lo harìa un poeta.




Guillermo Isaac paredes mattos

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