martes, 2 de octubre de 2012

La Mandolina del Tuerto







Podemos pedirle a un astro que juegue con
una torre.

Que sea embalzamàdo por una baraja de yesca y
sobrenombres.

Ahora que nuestros nombres buscan serpentinas
en una regiòn dorada.

Ahora que anunciamos el final de la lluvia en
los niños.

Mientras adolesencias de vidrio escarban entre
la mandolina del tuerto.

Y desplaza el oceano si velocidad encantada
de idolos.

Como un presentimiento entre hogueras
de gitanos.

Nosotros escribimos del oceano para ver 
si todo termina.

Si nuestras caminatas son aùn el errante
extravismo de un tìmpano.

Si encima de esa presentaciòn vemos
un arco dedicado al poema.

Donde somos aceptados por un libro de cavernas
inspirados por un craneo.

O la mirra de un mamifero
alimentados bandadas de
hienas.




Guillermo Isaac paredes mattos



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