lunes, 15 de octubre de 2012
El fìn de las dos alas
La actividad de mi paladar no es la misma.
Llevo adheridas cosas que desconozco. Sòlo ello.
En ellas mi paladar sobreentiende que
hay brillos indeterminados, que la conquista
de su pequeño fulgor no siempre llega a
una cadera y sus maletas prueban
que su conciencia de
la divinidad
recorre la epitome
donde el sol es tambièn el despuntar
al caer la luna.
Pero esa intenciòn es nociva cuando repetimos.
Cuando el placer nos desnuda hasta lo sagrado.
En lo sagrado està lo que no es nombrado.
Lo que no cierra su mundo para que el hombre
diga una palabra. El lenguaje sabe como llegar
a ello en lugar del hombre. El lenguaje
conoce el desprecio de esa altura y
si ignoramos o ignoro
la peripecia del elixir
en la continuidad
hablarè de devenir por rendirme a los objetos.
La poesìa habrà encontrado un ala.
Y yo falsamente derramarè entre las cosas
la ceniza de la otra.
Guillermo paredes mattos
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