El Juego de las Venas
Apolo juega con el mar.
Este es transparente como un grillo.
El papel -al parecer- exacto.
Comulgo con mi pulso, un pulso furioso
extravagante, individual como algo amado
es decir las cosas que no tuvieron
mas alternativa que nosotros.
Y cabalgaron a nuestro lado.
Es un apolo demente, irreproducible.
Batese en todas las hojas con primogenitos
de ladridos o entrañas de soledad
al evaluarse.
Apolo...Tuve una curvatura de pànico.
Asi vì su trance, su juego de venas, su curiosidad,
me vì en un fuera de mì, doblado
por el lapìz, era un parpado
como al representar palizas
o cuchillos.
Vì la transgresiòn de paso lunar
enhiesta personificaciòn tan sòlo.
Fuiste mental igual que el traspie del sonido
Un pedregal donde renace el aliento
con un soplo semejante a fuerzas
un poderoso volcan destruyendo el odio
el segmento rojo de las albuminas
-todas por contraste-
te alimentaste de larvas y estaciones
con el dolor
un dolor pandillero
rehen de nada,
un dolor policial
lèxico antiguo,
duplicidad que sòlo los planetas
empalan en las venas
cuando el insomnio del universo
es de carne.
Guillermo Isaac Paredes Mattos.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
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