Poètica
He soñado un puerto con soledades de piedra
con imperios de abismo para que nadie
diga que vivì. Que encontrè mi nombre
en la arena y quise borrarlo
con un poema, intentando despejar
el mar inutilmente.
Sòlo a una mente alejàda de la lucidez
puede creer que el mar abandonarà el oceano
por ella.
Para que miremos lo profundo.
Què clase de seres pueden concebir eso
bajo los hemisferios.
Yo fuì uno de esos seres.
Amè el tiempo celeste que hay en lo absoluto
la hegemonia de una caminata sembrada
por las manos. Y lo que llevan èstas bajo
el sueño, sòlo son otoños.
Y el otoño desciende del universo.
Sus patriarcas conducen cayados donde
se pierden los nùmeros.Toda una inutil ceremonia
cuyas clarividencias y prodigios
arrojan al rasgo
esa concepciòn del rayo
apartado de la ira y la realidad.
De esa abstracciòn astral sin proas,
sin ese sur imaginado por ritos
y mafias para que una rotaciòn
deje su antorcha,
su naciòn de liendres.
En los margenes
de una botella.
Guillermo Paredes Mattos
jueves, 9 de septiembre de 2010
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