domingo, 29 de agosto de 2010

Esferas Naturales

Esferas Naturales


Pienso en mi oráculo como una enfermedad
con interior de usos, de habitos
de costumbres mediatas o aquellas
que cuelgan su silbato por la trascendencia.

He pensado. Después mi noche tendrá significado
de pájaros irreconocibles, ellos descubrieron el horror
antes de mí, por eso meditan en el cielo. Pues las
aves meditan, idean, reflexionan, guardan el antes
y el después, luego se construyen comunes
en la objetividad de mi lengua. La palabra en ella
es yugo.

Pienso en mi oráculo para morder solamente
para trabajar las calles de madera en la rama
para terminar con figuras de plata en el ombligo.
Para invitar al mercurio. Esto me da otro pensar.

Días electricos donde la inmensidad arroja su abecedario.
Días absurdos como todo lo absurdo, esta interioridad
es un señor de ventanjas subjetivas, de poses idolatras
y la vida y yo tenemos alguna naturaleza, alguna desnudez
llena de tabla, un nido de opresivo maleficio.

No todo maleficio es opresivo, es luminoso para aquellos
que se han liberado, incluso luminoso para el que
resuelve ejeercios mortales en la penumbra
el que espera un oso con su mano de esgrima.

Pienso en mi oráculo igual a un espantapajaros
que pisa la tierra, con la velocidad del arnes
o el misticismo del ideario, conduciendo
tradiciones entre ruido, por tensares
de luz cuando es oprimida por el universo
y mi espiritu piensa que todo termina en ese mundo.

Cuando en realidad empieza.





Guillermo Paredes Mattos

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