Cuando el mundo, brutal e inusitado.
Intempestivo como una barbarie cediendo
colinas a una huella.
Y titànicas silabas se desplomen
entre monjes...Hasta los tiranos
supliendo con lupas aquello
que identificaron una noche de vientos
con iconos
y lexicografìas.
En la mortandad de fórnicas
donde arabes destinos aprisionan
la grafìa de los papeles, las que
recogieron ámbientes de espanto
mientras los sedimentos
entre mercenarios
y remordimientos de inviernos
batiéndose entre preludios.
En la oscilación del molino donde el
lampo enciendese porque no hay necesidad
de una vida para ello.
A donde camines lo harà el fuego.
Y surgen mandamientos, idearios.
Que un espìritu abandona en el poema
para huir del mismo.
Sin saber. Eso sólo es un preludio.
Algo que màs lo acerca a su fìsica y brota
como nubarron
de ascético navegante.
Con auroras de insomnes preludios.
Y desiertos de imaginaciòn.
Guillermo Paredes Mattos.
jueves, 23 de septiembre de 2010
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