Oficio del Destino
Vivo en las ramas de un invierno lunático
dorándose en pulcritudes de estigios,
donde asomándose dos puertos elaboran
un juicio del aire y sosprendentes
tareas de música curvan una piedra.
En esas crines, edifican jardines
su antiguedad con vaivenes y boyas románticas
pseudónimos de alhambras, foraneos como un rostro
entre inquietudes de sol
y mercurios de villanos.
Mi existencia es ciudad arrojada por una piedra
una luz heterónima, principal y enhiesta
en lacrimógenas lirios dando origen al hambre.
Me doy cuenta de acidos y premoniciones de huesos
inspirando canteran de osos y clanes de suicidios
exploraciones de lluvias
y aludes de tinieblas.
He llegado tarde al derecho.
Pero más tarde al oficio.
Y no se canta ni escribe para una hoja.
Detrás de ella buscamos desesperadamente
esa belleza llamada
destino.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
jueves, 9 de septiembre de 2010
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