Apogeo del Lunar
Semejante a un vidrio, el oceano se desprende
antiguo y cano, cono un anciano verde
arrastràndose en las piedras.
Junto a un dìa de arena embarrado de juicios
dentro de otoños
balbuceando banderas.
Caballeros de fuego ondean,
unidos a figuras que inundan el paisaje
donde una estela
animaba a màs de un asesino.
Gesticulabanse purpuras entre vocablos,
maniàtico el astro que doraba en ellos
aquellas estellas insinuadas por un niño.
Abreviaturas lanzadas a una nociòn
de espejismos, el entretiempo
de esa palabra indòmita. Tal vez polar.
Un jardìn en la espuma.
La orilla donde los peces disecan
el rumbo del amor
y este se descompone hasta contemplar
su estreno.
Esa roja supersticiòn de
adamantio.
Donde mi esperanza colapsa
una y otra vez para acariciar un sueño.
Y un sueño es sòlo el misterio
de una poètica agonìa
buscando en ese momento la
inspiraciòn
llamada nada.
Guillermo Isaac Paredes Mattos.
domingo, 29 de agosto de 2010
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