Memoria de la Espada.
Reconocemos entre la inspiraciòn
un verbo que logra deshacerse de nosotros.
Certeramente el festìn del milagro.
Tal vez un prodigio
delatando una civilizaciòn
trajinando en las copas groseramente.
Jamàs como un graznido.
Medito en ello, ahora que debajo
de mi cuerpo, el devenir presiona su talento.
La finalidad del mismo es alejarme.
Y cedo a èl, varado en la ultima
de las espadas, inmemorial y extraño
como un mercader de nada.
Como toda noche, su distancia
es peregrinaje a la desolaciòn,
allì el halo es tuerto
y su alma rebusca entre devaneos
de fraude, esa historia que sea
la crònica de un bùfalo,
esa leyenda volviendo a la emociòn,
a la vida del reloj, esa profesiòn
llena de alma en los tìmpanos
cuando tiempo y espìritu
reclaman para si un cayado.
Sin darse cuenta que ello
los llevarà al sacrificio
dando origen a un patriarca.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
viernes, 13 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario