martes, 29 de octubre de 2019

Las Apenas Sílabas







En la arena se desvanece la imagen de un cuchillo.
La resaca al volver al océano lo hace colmada de espuma
en su boca. Entre la espuma se filtra una palabra.
Idearios ahora. Alabardas de incógnitas bujías que
acentuamos. Sólo el texto conoce el porqué.

La playa y un hombre son cómplices de esa imagen.
Ambos eran abstractos al llegar a la arena.
-fueron adiestrados unos segundos-
Seguidamente esa imagen los hizo sólidos.
¿Fué lo poético en esa imagen lo que logró ello?
De ser así...Qué era lo poético?
Dios no estará involucrado en todo esto?

En la arena se desvanece un cuchillo.
No es lo mismo que pronunciar una daga.
Que recoger un escalpelo de las manos de una cebra.
Que vivir a la par de un dromedario que se alimenta
de pianos por la noche y en la aurora
devuelve su corazón a las canteras.

A esas manadas de abalorios donde la distancia
ha puesto un cereal.
Una historia de planos y cartones que muerden.
Que llevan ojeras y presienten el ladrido
en el barro. El ser convertido en estatua cuando
voltea la mirada en el desierto.

Luces. Una para que puedas alimentarte.
La otra es para que acaricies las sombras de la noche.
En ambos casos una suerte de esgrima
ha de supurar. En ambos casos hay un cráter
donde un arpa llega con apenas sílabas
de un canto que oprimen los relojes.

-el que oímos no es igual al verdadero-

Y el mismo pertenece al tiempo.












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