lunes, 14 de octubre de 2019

Debió Ser





Debió tener otro nombre.
No aquel que lleva como titulo.
La mayoría de los títulos son por lo general 
un prologo. Una tierra de incertidumbre. Un animalito
donde se humedecen y secan las cosas.
Todas aquellas que no conocemos y a veces
también las que conocemos.

Tal vez en ese buscar otro nombre
debió enfrentarse a sus límites y bóvedas.
-sé que agitan las bóvedas cuando van en bicicleta-
No a aquellas que pueblan los horizontes y parques.
Cada parque es un navío de sal.
Una manzana que es disputada por una horda
a las sienes.
Un paraíso siempre y cuando sea de polen.
Y todo horizonte es la niebla que se detiene hasta
formar con el tiempo sus escamas.
Un torneo de cartón en estas.
Un relieve de arcilla en esa plenitud de vidrio
o clorofila.

Debió.
-por supuesto que sí-
Otro nombre sin dudarlo poseer.
Uno donde la escritura fuera meridional como un ejercicio.
Como un molino que describe gamado el principio
de los corazones.
Su inédito mundo donde se inician las entrañas.
El ramar purpura.
La sedición y el planear subversivo de un
ladrido en un parpado.

Debió ser.No una iguana de sal que
oprime los astros en el crepúsculo.

No el abalorio que escapa del eclipse para
beber en las venas de los círculos. 

Esos que yerran en el diluvio.

Uno desvaneciéndose en el sueño de nuestra silueta.







No hay comentarios:

Publicar un comentario