viernes, 30 de diciembre de 2016
La Rotaciòn de las Mareas
Hay dìas en que los templos se alimentan de la
noche como ventanas y animales futuristas.
Dìas como un relampagueo o un culto que asalta
botellas y diarios de linternas; como las que cuelgan
en un himno.
Hay cerraduras y multitudes con espejos devoradas
por la carne. Luces donde la realidad deja de hablar entre
la realidad.
Hay circulos con nombres de leche en su espuma.
Acantilados con epifanìas llamadas a concluir o tejer
en sus brazaletes. Rotaciones de mareas en un lago.
Bozales iguales a los que se inclinan entre las serpentinas
con cierta orientaciòn a la brisa y los arrecifes.
Un universo sordido entre las empuñaduras y un muro
de sol inolvidable en las escamas.
Existen antiguos racimos donde el sol cuenta las
primaveras de un jaguar olvidado por los oidos.
La existencia de un tronco con una mancha de agua.
El diametro de un peine.
La escalada del sol en un desierto de uvas.
Hay dìas donde las dinastìas trepan el aire con
un solo lunar en la boca y los semàforos buscan en las
sienes trasatlanticos.
Trapecios en los hilos de un àrbol.
Fotografìas de una cabellera denominada de otra
manera por los hemisferios.
Constituciones donde la distancia alarga la imagen
de un branquia. Composiciones de aletas que giran
hacia una estructura.
Hay un dìa de sal en un pulmòn sin experiencia.
Una caratula uniendose a un almanaque de vidrio.
Un sistema de alcantarillas entre los leprosarios.
Donde -entre otras cosas- las siluetas de esos dìas,
diseminan costumbres magneticas.
Faroles llenos de sed.
Disputando crepùsculos de huesos a las armonìas.
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