La pregunta es por la existencia del espacio
en los dìas en que todo era habitado por relojes.
Por las palabras o los sueños.
Por la luz o las sombras.
La interrogante es por las palabras que se confesaron
entre la espuma de noche e incendiaron seguidamente una
herida en las linternas de las playas o un sol de vidrio en las
lamparas.
Por las telarañas en el corazòn de los pàjaros.
Por las selvas y sus llamaradas.
Por el espìritu que circulò entre las glorietas de algunos
horizontes donde los reflejos de las chimenas
se encresparon.
La pregunta es si se logra dar respuesta de manera horizontal
a la cultura o se sigue lo atroz y el arpegio, el grial
y la nave donde las construcciones llegan
al recogimiento dorandose en un invisible purpura.
Por el reflejo que resiste o memoriza.
Por un conjunto de ideas en una escalera; sòlo una avanza
entre ellas; las demàs se convierten en clepsidras.
Y alguna extraña criatura las arroja a la arena.
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