martes, 6 de diciembre de 2016

La Puerta






Sobre el astro una llamarada rastreando el
infinito y entre la realidad una voz que encuentra 
el dìa entre cortinas de aceite, soñadas por las
chimeneas.

Industriales caminos que se hunden en la linfa
encerrada en la orilla. Entre impulsos y maquinas
creadas por la carne.

Estelas que recogen el agua o las siluetas de la
resaca. Mamiferos de escarcha tomados por una
lupa en el interior de una camisa con trazos de
albumina.

Ciegos minaretes para atravesar un nucleo donde
sòlo las fronteras irradìan una especie de ojiva,
de clanes que perpendicularizan superficies
.
El acento de la luz en un friso con proporcionales
cometas de hidrògeno. La infraestructura del siglo
con lenguajes llegando de una nebulosa. De un 
plastico en el camino. De una bicicleta.

Sobre aquel astro la hora en que las constelaciones
redondean una mirada donde emerge el circulo.

El limite en el aire y los linchamientos en los 
paracaidas de una aguja.

El nombre esceptico que siempre es industrial
como la lluvia o el contenido de un incognito pajaro.

La individualidad del sur con una escala a partir
de un eslabòn, llevando sacrificios o extrañas
mandibulas horadando un genesis.

El pensamiento del angulo: uno hecho de 
esquimales o lineas que exploran el fulgor inusual
del sol en una rada.

En una alameda donde los carruajes vuelven a 

los racimos.

Ahora. Ahora toca escuchar al absoluto.

Y nos dice que todas las palabras aqui no son
todas.

Ni la diminuta lampara que las acompaña la
soledad o la desesperaciòn con que es abierta en
las lianas de un eclipse una puerta.









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