Expresiones como la sed.
Como la voliciòn o el arte de continuidades
y polvos que siguen a la ceniza.
De diamantes como el halo en mis crines
en mis cualidades
en los caracteres de mis sustantivos,
suponiendo que mi lenguaje no sea
la vida.
Expresiones como su existencia o claramente
mi mente otoñal encerrada en una piedra.
Expresiones de venus y edipo bajo la piel
llevadas a cabo lentamente.
Con en parsimonias de arañas o su frustraciònes
cuando compara sus hilos a los creados por el hombre.
Expresiones como mi frustraciòn.
O la inspiraciòn invitando a los monjes antes
que dios sea de azufre.
Y disemine sobre pàramos y nucas lo iridiscente.
El fenòmeno creado para dejar de escribir, jamàs
para devenir con ese ser
que la realidad
hunde en el brìo
con pelìculas de aceite.
Expresiones subsiguientes.
Un atraso. Un colapso. Sensaciones
entre dòciles violencias anunciando
una lluvia de formol que canta
y dora los cabellos de modelos
y principes
dotados de vacìo
y sucios faroles por una copula
que no llega de los pàjaros
y mucho menos de la lluvia.
Expresiones.
Cualquiera de nosotros las ha empujado.
Ha dormido con ellas y al conocer sus epitafios
llegamos facilmente a comprender
en la anagògia,
bajo su manto
que el insomnio representado en su espìritu
es acto que no camina
acompasado por la agonìa de mi ballet
de mis conscupicentes teatros.
Lo hace acompasado
de toda su desesperacion.
Guillermo Isaac paredes mattos
viernes, 28 de enero de 2011
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