Geminis
No somos místicos.
Que el misterio haya mirado en nosotros
es otro lenguaje.
Otra cabeza.
Hasta podríamos decir que líricas estilizaciones
llegaron para que esto suceda.
Pero no las conocimos.
Aprendimos de rituales como el vacío.
Dímos mánticas.
Buscamos un dios para mirar en su sombra
ya que nunca pudimos hacerla
en la nuestra.
El problema al mirar en nuestra sombra
es que un día llegamos a una sospecha.
Sospecha donde no se sabe si es ella
o este cuerpo la vida.
No diré la verdadera vida.
Eso es un tópico.
Un artificio.
Y todo artificio para un hombre solitario
como recurso literario es enfermedad.
Pero.
La mística existe, es un hecho.
Que nos manifestamos ante ella sin
saber como, otro.
Que nunca lograremos interiorizar el noveno sentido
de la interpretacion bajo
un áforo de ninfas
es sólo un territorio inundado
por alevines de geminis.
Ante ello decimos que los ángulos son barrocos.
Que nuestros segundos son iniciación.
Que estamos con definiciones de mercado en las calles
sin logros espirituales ni bridas.
Nosotros , cuyo recogimiento abre el nous
de hostiles membranas, de clanes y mafias.
Cuyo escalofrío - alejandrino tal el eter- oprime
lánguidas sentinas de acido.
Y ello en vólatiles márgenes
porque no somos místicos.
Esto hace milenios fue grabado
por la sangre en las piedras.
Guillermo Isaac paredes mattos
jueves, 13 de enero de 2011
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