En sì, hablamos de la actualidad del cometa.
De grillos morales escribiendo entre pesebres.
En ellos la ciudad de botellas vuelve al presentimiento.
Al poder del yugo.
Es entonces que mi pesimismo reconoce
en su perpejlidad una selva.
Las raices fueron entregadas para sabotear
su intenciòn, asi que enterrè trascendencias
y largos enamorados del orbe.
Las orillas alimentadas por espejos.
Mi corazòn jamàs fue una marejada asi que
nunca me reconocì en ellos.
Si el hombre tiene una historia debe ir hasta
el final con ella.
Por lo tanto
no pude ni con actualidades o trascendencias.
Y esto no es mandamiento original del rosario
ni las cupulas.
Allà los màstiles si no llegaron al sol.
Allà el riesgo si encontrò nada màs
que lo temerario para dibujar la invenciòn
del rasgo.
De esa inscripciòn y disturbios
el interior de una ojiva diseminò
un sueño màs posible aùn del que agota
su cultura en las calles.
Y nacì creciendo en la culpa de
esa cultura, durmiendo cada amanecer
con creaciones de edipo.
Sacrificando en su lengua esa oportunidad
de vivir, de representar
un obituario que da principio
al repliegue de mi vaso
de su ùnico estribo
de su recondita fatalidad
insinuando
y desafiando lo hermetico.
Guillermo isaac paredes mattos
jueves, 20 de enero de 2011
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