Mirando estadisticas,los subsuelos
son espejos con mensajes de sacerdotes
y ambulantes concentrando su corazòn en
el miedo.
Y cuando ese espanto deriva
hacia una novela de enigmas
dejamos un amuleto de barro en los ojos
intentando conocer la tristeza.
Asi somos anudados por monjes de bruma
y entre la niebla corregimos alturas
soterramos anzuelos donde ecuestres lares
deambulan en gritos como nosotros.
Y no somos sonidos que despistan
al grito, hastiados del mar y un ente
aprisionado en labores de crimenes
y cantos de muecines.
Los vimos pasar,
deformaron andenes, intuyeron
que liricos guardianes formulan
un remoto delirio
supurando en mediodias de craneos
donde la nube es anestèsica.
Y su forma una religaciòn
de los acidos involucrado en fatalidades
e inspiraciònes.
Guillermo isaac paredes mattos
jueves, 20 de enero de 2011
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