Quisiera que las cosas se detuvieran como lo
hace la vida.
Que se instruyeran un instante en el momento.
Que se alarmaran igual que el hombre ante la
nociòn del espacio y lo haga con dequeismos
y volantes de papel anunciando
regatas de truenos
y fogatas
fogatas de agua y talismanes.
Yo emprenderìa un viaje sucio en las entrañas
guiado por barcos de instinto
o sensibilidad que devora caminos
porque no posee la habilidad
de cerrar los ojos
con ellos.
Desearìa un poco de magia nada màs, por
que me parece que vivo convencido
de sus cuartos
de sus habitaciones
y esos edificios donde seguramente
un hombre quita el aliento al hombre.
En realidad anhelo un universo sin ciudades.
Alejarme y llegar a esa cita donde dios
se encuentra con el poema.
Y por ùltima vez en la creaciòn
ambos recitan.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
miércoles, 5 de enero de 2011
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