El corazón siempre decide entre espinas.
Si analizamos su voluntad encontraremos
una vocación por todo lo que ofrézcalo
a los sepelios.
El corazón, asta de vórtice y orgullosa crin
donde aparte de la sangre, el sentimiento
buscó ese exhalo que pudiera conducirlo
por la vida.
Y entonces fuimos sentimentales.
Sentimientos de promiscuidad y miedo
nos estrujaron.
Poeticas como la adversidad y alguien
con ropas de agua, creciendo entre advenimientos
donde golpeamos nuestra piel
con un tridente.
Pues no todo sentimiento se hundirá en el nuestro.
La evidencia es de otro sentimiento.
Y entonces volvemos al corazón.
Y su voluntad decidiendo entre espinas.
Guillermo Isaac paredes mattos
domingo, 16 de enero de 2011
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