sábado, 1 de diciembre de 2018
El Pàjaro era Griego
Hoy la primera imagen que encontrè en este parque
fue la de un hombre. Hablaba con un pàjaro.
-el pàjaro era griego-
El hombre se hallaba debajo de una rama, apoyado sobre el
tronco del àrbol.
Es curioso porque la distancia que separa y une este camino
hacia el parque nunca me mostrò nada que fuera semejante a un diàlogo.
Habìan -eso sì- muchos vacìos. El vacìo -hasta donde sè- es un salto
al caos.
Y si no es un salto al caos?
Y si es un encuentro con los nombres prohibidos que hay en el verbo?
Esos nombres que sòlo en sueños podemos representar.
Esos nombres que no van a ser declinados en las puertas de
las iglesias ni en los cultos de las ceremonias azules
de los gallos.
Esos que llevan escafandras.
Esos que son espeleòlogos a veces.
Y trajinan. Trajinan.
Igual -como- -digamos- la poètica soledad
de eso llamado verso.
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