sábado, 22 de diciembre de 2018
Los Hilos Secretos
Todos los hilos son secretos. Basta ver una cadena
que se arrastra entre los árboles. Llena de albumina
y meningitis. Lleva palabras de cloroformo.
Por esas cosas de la abstracción cierta parte sabía
del aluminio lo sabe. Pero esa no es toda la sabiduría.
Ni mucho menos el grupo de arcángeles que asienten
ante el paso de una nube. Lo hacen con una
caracola en el pecho.
-nadie pregunta porqué se trata de una caracola-
Todos los hilos. Incluso aquellos que unen las manos
de los niños a los cometas. Sobretodo estos. Conducen
panales de mariposas en su distancia.
-porqué eligieron esos hilos para vivir las mariposas-
Sólo la ira de una infancia toma esa experiencia
como se toma el velo de una calle con nómadas
científicos.
Sólo estrellas y nimbos unen a un prisma aquello que
la belleza diseña en las entrañas de las venas en ellos.
Asi se anticipan a uno de sus desvelo pero de manera
dogmática.
-nadie sabe para qué-
Corolas y serpientes dan al mundo el respectivo
trazo de su amapola.
Todo ello parece reencarnarse de otra manera
en aquellos hilos secretos.
Son como dioses que eligen barones en el mar.
Dinastías cuyo esoterismo rasga bicicletas y ardientes
soledades donde un pájaro es de fuego.
De fuego se dice.
En su jardín de hielo.
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