lunes, 24 de diciembre de 2018
La MIrada Llena de Galletas
El oceano se reproduce ahora.
Con ciertas ventanas en las crestas de sus olas.
Con determinadas parádojas en sus resacas.
Claro, no deberían volver al mar.
Un hombre camina frente a ese oceano.
Desde la orilla su única posibilidad se la vuelven
a ofrecer los ojos. Para ese ser todo parece
resumirse en aquello que da la mirada.
Para nosotros también.
La mirada posee su propia ontología.
Es única ademas.
Está llena de galletas.
En ella se compara este momento con otro lejano.
Su nombre es reminiscencia.
El oceano se reproduce.
Desde las superficies de su inteligencia algo humano
y no es humano aparece. Se encuentra en los navíos.
Distantes ahora.
Desde las mismas superficies el encantamiento
vuelve a desvanecerse para ser borroso.
Es una manera de encontrar el velo que le pertenece.
Mientras tanto en la arena
el hombre que camina por la orilla
se posa en un conjunto de pequeños médanos
cambiando su forma.
Uno de sus pensamientos eleva una pregunta.
-no es la misma de ayer-
Eleva una pregunta y la ignorancia vuelve a
encontrarse con la sabiduría.
-como ayer, como hace siglos-
Dejándola pasar.
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