sábado, 8 de diciembre de 2018

Reencarnación de la Intensidad






Aquí las cosas se hallan solas.
Han llegado a su vacío.

El mar vuelve a la experiencia o
algo parecido.

En el interior del viento la brisa es 
semejante.

Mis sienes hablan de metafísica sin
un absoluto conocimiento de la misma.

La arena filtra una única impresión entre
sus médanos y en las dunas el esqueleto de un
cangrejo muestra su palidez.

Camino por la playa igual que mis 
antepasados.

Todos llevaban el lenguaje en sus labios.

Lo pronunciaban en la medida
que seguían a los pájaros
o se veían reflejados entre lo inasible

lo inasible -digo- que podía ser una
cuchara

que podía ser una mandíbula.

Y luego la intensidad se reencarnaba
entre la realidad.

Y la profecía del sol en las pupilas
debaja de serlo.










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