sábado, 15 de diciembre de 2018

Sobre lo Reciproco





La hoja toca el aire.
Desprendiéndose o no de la rama lo hace.
La única diferencia es que en cada situación las
palabras pronunciadas no serán las mismas.
A todo esto el destello en estado de quietud en su 
fondo es unívoco.
Percibo además un cometa.
Un murcielago en cada una de sus sienes.

La rama también toca el aire.
Y el tronco.
El árbol en sí.
Los pájaros que forman sus nidos en la cúpula
del mismo.
También los graznidos; involuntariamente 
himnos o coplas.

Todo como vemos es reciproco.
Eso es absoluto.

Sólo las palabras se separan de ese devenir.

Y  muestran aquello que los hombres ni 
la naturaleza

puede darnos.





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