sábado, 15 de diciembre de 2018
La Puja de Anilina
Cada invierno con una hoja o una redenciòn.
Cada hombre en las calles con un estambre del
mundo. Los zoològicos y las idolatrìas.
Las teorìas expliucàndolo; animales
o gnoseològicas.
Cada cebra que porta un cuchillo o un atlas.
Los conjuntos de sepia en el mar.
La orilla encantada.
Cada orgìa reminiscente en un plano.
Las secuencias de un hipnòtico dìa donde se
forjan semàforos.
El ambito del hollìn. El rostro de los paraderos.
La puja de anilina contraria y ardiente.
Todo lo basado en intemperies.
Todo aquello cuyo destino toma la cadencia del
pàjaro cuando muerde
o el abecedario recorre las playas desnudando
uno de sus destellos rozando
asi lo inasible.
Cada lenguaje en el pavimento del nombre.
El sagrado.
El profanador.
El profètico.
Y los pretextos que toma la razòn.
-dios incluso es uno-
Para elevar su miseria.
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