jueves, 13 de diciembre de 2018
El Relieve al Ascender por los Parpados
El poema desprendiéndose de la brisa
adquiere un rostro de nieve.
Es ahora sumamente una mandíbula.
Básicamente auroral roza el iris
de cada trasatlántico varado en la arena.
Sobre el lenguaje la existencia refiere
narraciones de virreyes. Las órbitas
son confines ahora donde una araña
se abre paso entre el pecho de un ángel.
Lleva su corazón.
El poema es una atávica langosta
que responde las interrogantes de una
nube amarilla.
Un jirón de arcilla es el único relieve
en sus parpados.
En sus sienes una historia apodíctica se
llena de izares.
El poema vuelve a ser una atávica langosta
y hay que pensar en sus mitos.
Cada mito es una evolución con cascaras de
plátano.
Todo mito es una secuencia donde se desvanece
un lenguaje de dios con una nervadura.
Con la magíca subversión que vibra en lo profundo
de una mandarina.
Apostada entre siglos de griales.
Buscando en el caos la frecuencia
que es dorada.
Al oprimir sus pensamientos.
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