viernes, 30 de septiembre de 2016

Llamado Corazòn





Por lo demàs el àrbol.
La ojera de madera en el agua.
El periscopio celeste del hilo instruyendose
entre la transparencia, junto a un buho o
un semirrelieve.

Y el viento, como un lunar pesado que toca
espirales o suma en cada nùmero aquellos que son
la historia de un invierno dedicado a la niebla y los 
objetos.

Y en la silaba una escollera,
un paso de alquimia e hisopo, una tierra 
con la cual se regresa por la noche tocando un
muro de zinc, una historia de brillos semejantes
a los que cantan o separan un gesto, un
animal, una estrella hecha de barro
en las mejillas.

Promontorios de ceniza en los goznes
circunvalaciones de abanicos en el
hule de una academia, disputando manadas de lirios
en los cosos y entr escolleras en las lupas
se enciende un limòn, una armonìa, un legendario amor
teñido de bronce por las humaredas
y el conocimiento de los rìos en 
una anguila rosada.

Galeones de anilina donde se esparcen legiones.
Vientos de diamantes que cruzan la sangre en
una mañana teñida de bocas. Luces como las que
se reencarnan en las sombras para crear la
oscuridad, demonios de platino como 
los que cruzan un lecho en cada pisada, en cada
suspiro. En cada estela de un astro.

Arrastrando en sus espinas, aquello que se llama 
corazòn.





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