lunes, 5 de septiembre de 2016

Diluvio Universal






Hay mas de un cuerpo.
Màs de una figura que se adentra entre la
realidad para llegar a sus hojas.
-conforman el principio-
Hay una conciencia si es que se trata de heliotropos
y un anelido si se escribe de espejismos; todos
colocados de manera que en ellos
sòlo caiga la sangre.
Un libro de arañas donde se encuentran las
narraciones orientales del soplo, los
asideros y conjuntos de escalofrìos.
Màs de una brisa que llega del jardìn totalmente
posesa al mar.
Y cada uno en la arena como esperando.
Como si el tiempo fuera nada màs que contar todos 
los latidos que atraviesan el corazòn.
Pero eso a veces no es verdad.
Hay quienes llegan a la orilla para desgarrar esos
latidos que provienen del mismo.
Al parecer, no pueden hacer otra cosa.
Y los observo, junto a un pais de 
lata y hule bajo un extraño
meridiano.

Hay mas de una palmera.
Un lugar cuya voluntad es el proceso del nombre
entre los nombres igual que un jardìn que sigue
al verbo para encontrar los suyos.

Existe una fogata. Un coro de antorchas donde
los dirigibles asumen el fondo de un patio
donde las palabras transforman
el izar lejano del polen en 
el aire
arrojado por una amapola.

Se encuentran los castillos. 
Con excursiones al centro de la nieve un dìa
de replicas y epicentros. Un dìa totalmente cubierto
de plagas y peces, de manadas y cerillas que
conforman los lagos de manera
transparente
como en una serpentina construida por husares.

Hay mas de un cuerpo.
Màs de una figura entre la realidad para llegar a
los àrboles.
Es inevitable. 
Amarillo como un sol que rota confundido en
una emanaciòn o los objetos que levitan dentro
de un hormiguero para huir de los rìos de yodo en la
hora del diluvio universal.

Dentro de un hormiguero que alguna vez conociò el 
genesis.














No hay comentarios:

Publicar un comentario